La generación de los padres modernos

Mi generación nació después de una dictadura en España. Muchos venimos de familias «tradicionales» en donde el peso de la crianza de los hijos y las tareas del hogar, recaía en las mujeres.

  • En casa se hacia lo que decían los padres y punto. No había réplica y a veces se zanjaba con un lanzamiento certero de zapatilla o una buena «colleja». Esto también ocurría en el colegio.
  • Resolvíamos nuestros conflictos a base de empujones o puñetazos. Como 2º de cuatro hermanos, todo chicos, se muy bien de lo que hablo. O te espabilabas o te caían por todos los lados. Comer o ser comido.
  • Todos nuestros golpes y magulladuras se curaban con Mercromina y una tirita o peor, con agua oxigenada. Si tenías suerte también se añadía a la fórmula un beso de mamá y si no… con un _¡Eso te pasa por burro!_ tenias mas que de sobra.
  • Pedíamos un balón de reglamento y nos compraban una pelota de goma.
  • Salíamos de casa y nuestros padres confiaban que regresaríamos a la hora pactada. No habían móviles.
  • Veíamos sólo 2 canales de televisión, sin mas opciones.
  • Lo lógico era que estudiaras para ser un hombre de provecho, poderte casar y tener hijos. Las cuestiones de por qué y para qué, eran incuestionables.
  • Hablar de sexo en casa era tabú. Esa parte de nuestra educación recaía en los hermanos mayores, amigos y/o material gráfico variado.
  • Y así… una larga lista.

¿Qué es ser un padre moderno?

Cuando decidimos ser padres, tuve muy claro que no quería que mis hijos «sufrieran» lo que yo había sufrido. ¡Iba a ser el mejor padre del mundo! Estaba preparado para abrir mi mente y convertirme en un padre moderno… no cómo «los de antes». Así que mentalmente me hice una lista:

  • No utilizar el «cachete» como herramienta de educación.
  • El diálogo y el respeto por la opinión de cada miembro de la familia es parte de la convivencia.
  • Las tareas de la casa tienen que ser compartidas por todos.
  • Los conflictos se deben resolver con empatía y diálogo.
  • Hay que razonar y aprender a cuestionarse las cosas para tener una opinión propia

Phil Dunphy, el padre moderno de la serie The Modern Family

 

Las nuevas tecnologías

Con lo que no contaba era con la entrada de internet y las nuevas tecnologías. Pero eso no me ha parado en mi afán de ser un padre moderno, mas si cabe, esto me ha dado la oportunidad de ser aún mas «moderno». Tengo toda la información a mi alcance y encima trabajo en ese campo… !¿Como no voy a ser un padre moderno?!

  • Enseño a mis hijos a utilizar las nuevas tecnologías.
  • Me conozco a todos los «youtubers» del momento.
  • Les instalo los videojuegos de moda.
  • Les alecciono y educo en el uso de redes sociales.

¿Que mas se le puede pedir a un padre del siglo XXI?

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La realidad de los padres modernos

Como padre moderno, me esfuerzo enórmemente por estar al día de todo, cubrir todas sus necesidades, tanto afectivas, educativas y materiales y no caer en los «errores» de épocas pasadas. No es fácil… que me esfuerce en intentar seguir todas esta premisas, no significa que las consiga… seré un padre moderno, pero no perfecto!.

El otro día, después de intentar responder a mi hija preadolescente sobre una cuestión acerca del sexo y salir mas o menos triunfante (Ver: «Papá: ¡Cuéntamelo todo!»), me volvió a venir a la cabeza, que era un padre moderno y de mente abierta y, así se lo transmití a mi mujer.

_ Cariño… has visto? soy un padre moderno!.  A lo que ella, con mirada de asombro me respondió:
_ Tu lo que eres, es un padre normal!

Zas, en toda la boca!… que chafado me dejó. Toda mi argumentación de los padres modernos tirada por tierra.
No me había parado a pensar, que la sociedad ha evolucionado durante estos 40 años y, los que nos creíamos modernos y revolucionarios en la educación de nuestros hijos, hemos pasado a ser simplemente, padres normales, que hacen lo que pueden adaptándose lo mejor posible, a la época que les ha tocado vivir… supongo que igual que nuestros padres.

Y ahora la cuestión es… ¿lo estamos haciendo bien? ¿nuestros hijos, también querrán ser «padres modernos» dentro de 40 años?